viernes, 8 de febrero de 2013

¿Cuánta lluvia necesita?


¿Exprimir las nubes hasta en un 40 por ciento más e impedir grandes daños u obtener beneficios?... Ahora es posible

Volar hasta el corazón de un temporal, donde las alas comienzan a vibrar y el granizo golpetea el vidrio del avión. Luego accionar los sistemas para “inseminar” las nubes y alejarse lo más rápido posible. ¿Empresa de locos? No, es solo trabajo: es la ocupación del Weather-mods (modificador del clima), pilotos y meteorólogos un poco temerarios, que tienen como objetivos muy arriesgados, como: dominar los elementos, calmar las tempestades, y salvar las cosechas. Y que en los últimos tiempos, gracias a nuevas técnicas de “inseminación de nubes”, logran siempre aumentar las lluvias hasta en un 40 por ciento, según experimentos realizados en México.
Los objetivos de estas expediciones son dos: impedir fuertes granizadas que arruinen los cultivos, a al contrario, provocar precipitaciones en tierras muy áridas. Realmente sería necesario, si recordamos que hace un par de años una granizada en el hermano país de Bolivia provocó la muerte de 11 personas y el derrumbe de más de una decena de edificios. Otro ejemplo desastroso lo sufrió Rumania, cuando fue asolada por una sequía, que dejo 70 muertos y produjo daños por 300 millones de dólares. Los casos de sequía y/o violentas granizadas en nuestro país las conocemos y de manera alguna manera hemos sufrido las consecuencias (Arequipa, Puno, etc).
Evitar desastres como estos es el sueño de muchos meteorólogos a nivel mundial. En Israel, desde hace varios años, una sociedad privada-estatal se ocupa de “hacer llover”: el 15 por ciento de las precipitaciones sobre el territorio, en promedio unos 5 mil metros cúbicos de líquido por año, son provocados por pequeños aviones de los “magos de la lluvia”. En el estado americano de UTA, la Delta Airlines se encarga de disolver la neblina sobre el aeropuerto de SALT Lake City. EN China se combate la sequía e los incendios forestales disparando hacia las nubes pequeños artefactos rellenos de agentes químicos. Tailandia financia el famoso Bureau of Royal Rainmaking (Oficina de la Real Producción de Lluvia). Según la World Metereological Society (Sociedad Meteorológica Mundial), alrededor de 37 naciones están intentando manipular el tiempo atmosférico.
Pero los más temerarios entre los “cazadores de nubes” son los siete pilotos de la Weather Modification, una sociedad privada americana que recibe cada año la suma de un millón de dólares del estado de Oklahoma, para tener lejos las granizadas y las sequías. O mejor, para transformarlas en lluvia. ¿Cómo? Diseminando en el interior de las nubes yoduro de plata, una sal que tiene la propiedad de formar una gran cantidad de pequeñísimos núcleos de condensación, alrededor de los cuales el vapor de agua de las nubes se condensa en gotas de lluvia muy fina. Por el contrario, si se quiere producir una granizada o hacer llover en una zona árida, el mecanismo es el mismo: haciendo formar muchas gotas en las nubes, se obtiene siempre lluvia. El granizo no tiene tiempo de formarse, y en el caso sucediera, sus dimensiones son muy pequeñas, esto debido a que la formación de granizo de mayor dimensión sólo es posible en poca cantidades de núcleos de condensación.

¿De dónde nace la idea?

A fines de los años 80, algunos investigadores sudafricanos se dieron cuenta que detrás de una fábrica productora de papel, aparecían siempre muchas nubes cargadas de lluvia. Analizando el humo emitido por las chimeneas de la  fábrica, descubrieron sodio y cloruro de potasio. Probaron entonces a producir pequeños cohetes llenos de estas sales que reventaron entre las nubes, generando una gran lluvia.
Estos experimentos fueron continuados por metereólogos americanos del National Center for Atmospheric Research (centro nacional para la investigación atmosférica), quienes inseminaron una gran cantidad de nubes al norte de México con resultados muy alentadores. Pero el problema es que no existen dos nubes iguales y por lo tanto nadie aún puede saber con exactitud que puede suceder. Lo que sí queda claro para los weather-mods es que las nubes solo liberan en promedio un quinto del agua que contienen, quedando siempre potencialmente lluviosas. Potencialidad que puede resultar provechosa y oportuna para los países asolados por sequías y cuya economía tiene como componente fundamental la agricultura.
Existen también las nubes denominadas “calientes”, frecuentes en las zonas tropicales, en las cuales el vapor de agua se encuentra a temperaturas superiores al punto de congelamiento. Y esta característica hace necesario mayores investigaciones para lograr inducir estas nubes a generar lluvias.

Dr. Maximiliano Arroyo Ulloa
USAT

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